Casa Clara formó parte del trazado original de la ciudad colonial del Cusco. Habiendo sido tanto un convento como una importante residencia de la alta sociedad, hoy es el lugar perfecto para unas vacaciones únicas.
Casa Clara está formada por una casona de dos pisos que data de la época colonial, aunque ha pasado por varios cambios a lo largo de los años. Es una casa cusqueña clásica, construída con materiales locales. Se puede apreciar la técnica en los cimientos, los arcos de los patios, las escaleras hacia el segundo nivel y la portada principal. También cuenta con un techo de tejas y un largo balcón de madera con balaustres que le dan a la fachada un encanto característico.
Esta casa, hoy convertida en un hotel boutique, fue en su momento sede del Monasterio de Santa Clara, fundado en 1558 como lugar de recogimiento para las hijas de los conquistadores —los primeros españoles que llegaron a Cusco durante la época de la conquista—. Por orden del virrey García Hurtado de Mendoza, las monjas clarisas fueron trasladadas a un nuevo emplazamiento a comienzos del siglo XVII.
Todos estos detalles arquitectónicos —junto con la distribución clásica que incluye un zaguán de entrada y dos patios que organizan el espacio— hacen de esta casa un gran ejemplo de la arquitectura mestiza tradicional. Es un reflejo claro de cómo las técnicas y estilos constructivos cusqueños han resistido el paso del tiempo, sobreviviendo a terremotos y manteniéndose fieles a sus raíces a pesar del avance de las tendencias modernas.
Durante la República, el lugar fue conocido como fundo Qolqampata por su actividad agrícola y un bosque de eucaliptos. En el siglo XIX, la familia Gonzales Béjar fue propietaria hasta perder la finca por deudas. En 1898, el inmigrante italiano César de Luchi Lomellini Pedamonte la compró y prosperó gracias a su casa comercial en Cusco. También fue pionero en la industria, fundando en 1913 la primera empresa eléctrica de Cusco y luego incursionando en el sector textil.
Todos estos detalles arquitectónicos —junto con la distribución clásica que incluye un zaguán de entrada y dos patios que organizan el espacio— hacen de esta casa un gran ejemplo de la arquitectura mestiza tradicional. Es un reflejo claro de cómo las técnicas y estilos constructivos cusqueños han resistido el paso del tiempo, sobreviviendo a terremotos y manteniéndose fieles a sus raíces a pesar del avance de las tendencias modernas.
Con un nuevo enfoque en la comodidad íntima, Casa Clara se ha convertido en una de las propuestas boutique más interesantes de Cuzco, ofreciendo una experiencia de gran confort en una ubicación estratégica, muy cerca de la plaza principal.
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